Presidente Boric enfrenta divisiones por reforma electoral.
El gobierno de Gabriel Boric quiere cambiar las reglas del sistema político chileno, pero hay pelea entre sus aliados. La idea era poner un “umbral electoral” del 5% para que solo los partidos con ese mínimo de votos entren al Congreso. Boric personalmente apoya la medida, pero dentro de su coalición, Apruebo Dignidad, algunos como la diputada Javiera Morales (Frente Amplio) dicen que el umbral no basta y piden más controles para evitar partidos chicos sin estructura. En cambio, otros como el diputado Andrés Giordano (también del FA) creen que el umbral excluiría a grupos minoritarios y no soluciona el caudillismo. Al final, el gobierno sacó el umbral de su propuesta y eso enojó a la oposición de derecha y a sectores del PS.
Para reemplazar el umbral, el ministro del Interior, Álvaro Elizalde, propuso subir los requisitos para crear partidos: más firmas en regiones y prohibir que fundadores fracasados sean candidatos por otros cuatro años. Pero críticos de Chile Vamos y hasta socialistas como el senador Alfonso De Urresti insisten en que sin umbral seguirá la fragmentación. Mientras, el Frente Amplio y el PC defienden el sistema proporcional actual, que les ayudó a llegar al Congreso. La pelea muestra que nadie se pone de acuerdo: algunos quieren menos partidos para gobernar mejor, otros priorizan la representatividad aunque eso signifique desorden.