La economía chilena creció más de lo esperado el año pasado.
El 2024 cerró con una sorpresa: la economía chilena creció un 2,6%, un poco más de lo que se esperaba. El empujón vino de las exportaciones, especialmente de cobre, cerezas, uvas y celulosa, que subieron un 6,6%. Adentro del país, la gente gastó más en tecnología, ropa y servicios de transporte, mientras el gobierno aumentó el gasto en salud. Pero no todo fue bueno: la inversión en maquinaria y construcción cayó, lo que podría complicar el futuro si no se revierte.
La minería y las fábricas de alimentos lideraron el crecimiento, pero la pesca de salmón y la construcción se estancaron. Además, el Banco Central ajustó al alza las cifras de los dos años anteriores, confirmando que la economía venía mejor de lo que se pensaba. Aunque hay luces verdes, la caída en inversión muestra que no todos están apostando por Chile a largo plazo.