Chile debate cómo evitar el caos político en el Congreso.
El gobierno de Gabriel Boric quiere eliminar una regla que exige a los partidos obtener al menos el 5% de los votos para entrar al Congreso. Sus críticos, como senadores de la oposición y hasta aliados del oficialismo, dicen que sin ese mínimo habrá más desorden. Hoy hay 22 partidos y cuesta aprobar leyes importantes. Un análisis muestra que desde 2018 se aprueban 20 mensajes presidenciales menos al año que antes. Si hay más partidos chicos, el Presidente necesita negociar con todos y las leyes se estancan o se llenan de propuestas simbólicas.
El senador Alfonso De Urresti, del Partido Socialista y a cargo de la reforma, insiste en mantener el 5%. Argumenta que sin esto los partidos micropymes seguirán multiplicándose y la gobernabilidad empeorará. El gobierno, en cambio, teme que la medida afecte a partidos de su coalición, como los de Apruebo Dignidad, que podrían quedar fuera si no llegan al mínimo. Mientras discuten, el reloj corre: la reforma debe aprobarse antes de las elecciones parlamentarias de 2025. Si no, Chile seguirá gobernado por un Congreso fragmentado.