Caso ProCultura: Acusaciones de espionaje y tensión política.
El caso ProCultura está generando un gran terremoto político. Se investiga si esta fundación usó de mala manera fondos públicos, y algunos sospechan que parte de ese dinero podría haber llegado a la campaña presidencial de Gabriel Boric. La polémica se encendió porque se filtró una llamada telefónica entre el Presidente Boric y su expsiquiatra, Josefina Huneeus. Esto sucedió porque el fiscal Patricio Cooper, quien lidera la investigación, había ordenado intervenir el teléfono de Huneeus. El partido del Presidente, el Frente Amplio, está furioso y acusa que esto es “espionaje político” con la intención de dañar a Boric. Argumentan que la filtración y el intento de pinchar el teléfono del propio Presidente (algo que la justicia no autorizó) son ilegales y buscan desprestigiarlo.
Desde la oposición, la candidata presidencial Evelyn Matthei trató de “descarados” a los miembros del Frente Amplio por quejarse si, según ella, no tienen nada que temer. También dijo que espera que el Presidente Boric “esté limpio”, aunque deslizó que las pistas apuntan hacia el gobierno. Mientras tanto, el propio Boric, que se encuentra de viaje por Asia, ha dicho que las instituciones deben hacer su trabajo, que se investigue todo lo necesario y que él está tranquilo. Por su parte, Josefina Huneeus denunció la intervención de su teléfono y, en otras conversaciones que también se filtraron, mencionó la existencia de contratos “truchos” (irregulares) en ProCultura y cómo su exesposo, Alberto Larraín (fundador de la ONG), manejaba todo a su antojo. Otro implicado es Miguel Crispi, un exasesor presidencial, quien está siendo investigado por haber dado el visto bueno a proyectos millonarios para esta fundación.